Hace algunos encuentros Dios nos dejó un mensaje muy
importante acerca de nacer en un lugar o una familia, la cual no
elegimos.
La buena noticia, es
que SÍ podemos elegir como cambiar el rumbo de nuestra vida. Buscar a esa
persona digna de imitar conforme al corazón de Dios.
¿No será esa la razón
por la que Dios nos puso en ese lugar para que a partir de nosotros las cosas
empiecen a cambiar para bien?
¿Será que en vez de quejarme todo el tiempo por las
cosas que quiero y no tengo, debería hacer algo para cambiarlo?
Señor, yo quiero ser
LUZ para mi familia.
Gracias por llamarme para servirte.
- En el encuentro trabajamos con 2 Reyes capítulos 21 y 22.
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